Después de superar un infarto, muchas personas se plantean un cambio importante en sus hábitos a fin de llevar una vida más saludable como por ejemplo dejar de fumar, mejorar su alimentación o abandonar la vida sedentaria. Sin embargo también temen hacer ejercicio físico por el esfuerzo que implica para un corazón que ha sufrido esta difícil situación.
¿Es seguro realizar ejercicio físico luego de un infarto?
Si, pero primero debes realizarte una correcta valoración cardiológica y planificar de forma adecuada tu entrenamiento. Para ello debes determinar el nivel de esfuerzo por medio de una ergometría o prueba de esfuerzo.
En 8 Mets Bilbao, como especialistas en el ejercicio físico como tratamiento médico sabemos que éste es beneficio incluso para los pacientes que no lo practicaban antes de sufrir el infarto, pero hay que comenzar de forma progresiva y bajo supervisión, con programas personalizados en función de tu condición.
Entre los beneficios que la práctica deportiva trae a tu vida están la posibilidad de controlar la tensión arterial, lo niveles de colesterol y de glucosa, así como el peso, disminuir la formación de coágulos sanguíneos y aumentar la capacidad de disolverlos.
Una rutina de ejercicios no sólo mejorará tu forma física, sino también la tolerancia al mismo, ayudando a que tu corazón funcione mejor, pues se reduce el número de latidos por minuto, mejora su contracción y desarrolla nuevas arterias.
Lo más importante es que hacer ejercicio y llevar una buena alimentación te ayuda prevenir y también a tratar patologías cardiovasculares. Pero está más que comprobado científicamente que previene y retrasa multitud de otras enfermedades, como por ejemplo las neurodegenerativas o el cáncer. Además, es la mejor y única forma de retrasar el envejecimiento.
