El ejercicio terapéutico está enfocado a restablecer la función músculo-esquelética normal de nuestros pacientes, a través de la ejecución sistemática y planificada de movimientos corporales y posturas que van más allá de realizar una actividad física como andar.
Si ejecutas una rutina de ejercicios terapéuticos podrás prevenir alteraciones, optimizar o restablecer el estado general de salud y el acondicionamiento físico o la sensación de bienestar, reduciendo los factores de riesgo.
Tras realizar una valoración y establecer unos objetivos concretos, se establecerá un programa de ejercicios adaptado a tus necesidades, así como a las actividades que sueles realizar en tu actividad diaria, laboral, gustos, y, por supuesto, al estado de cicatrización del tejido lesionado y su evolución.
Dependiendo de las diferentes necesidades se programa la dosis, la velocidad del movimiento, la carga, la respiración, la posición y donde se realizará el ejercicio.
Esta metodología es importante no sólo en el tratamiento del dolor, sino también como herramienta fundamental para mantener una buena condición física que sea de gran utilidad para la prevención de lesiones en todos los ámbitos.
Entre las patologías más comunes que son tratadas a través del ejercicio terapéutico están la lumbalgia crónica, cervicalgia crónica, hombro doloroso – impingment, condropatía, esguinces de tobillo, entre otras.
En el caso de la fibromialgia, esta técnica mejora la calidad del sueño y puede interrumpir la interacción entre el estrés físico y las otras alteraciones.
Situaciones de dolor crónico pueden generar una sensibilización en el Sistema Nervioso Central, cambiando el umbral del dolor y áreas de representación de las partes del cuerpo. El ejercicio físico puede ayudar a revertir estos cambios.
¿Y tú, donde sientes dolor? Déjanos ayudarte